jueves, 4 de junio de 2009

EN BUSCA DEL OASIS PERDIDO

Aqui voy con my brother; con my friends
por la carretera del puerto de Coquimbo
saludando a las obreras del mar,
las Lameras de la playa Changa
con sus pieces azules...
("Azulosos de frío..." como diría la Mistral)
Parecen peces azules, enredados en las lamas.

Camino desde la Caleta, con una guitarra al hombro
y me siguen una caleta de locos.

No andan en esta ocasión:
El Macha, El Piure, La Ostra, El César,
El Clavito, El Serrano, El Caldera, El Marino;
El Dalai Lama, El Yoga, El Coterráneo;
El Siete Mechas, El Magdaleno, El Chaleco
y tantos otros que se quedaron en el camino.

Ahora sólo me acompañan unos locos
que se pegan como lapas en esta inusitada aventura.

No sabemos hacia donde vamos,
no tenemos plan de vuelo;
sólo la sed nos conduce al bar más cercano,
Debe existir un lugar ideal;
un oasis en este desierto,
donde saciar tanta sed;
donde vivir nuestro cuarto de hora.

Walt Withman dijo:
¡Quitad el cerrojo a las puertas!
¡Quitad las puertas mismas de los quicios!
¡Me han quitado las alas!
¡Me han quitado en ciertas ocasiones la libertad!
pero nunca podrán quitarme las ganas
de vivir la vida en plenitud.
-Que nuestro corazones canten al infinito-
-Que la música purifica el alma de los hombres-


Nuestras vidas podrían haber sido peores
(Como dijo el poeta)
pero, gracias a Dios, no ha sido así,
somos seres previlegiados
porque somos artistas del pueblo
y tenemos el don de la comunicación;
de convocar a la gente; de alegrar el ambiente,
de trasmitir emociones y hacer viajar a través del tiempo
con las canciones ¡Que no es poco! digo yo;
de compartir los sueños con el viejo Isaías;
Hippie de antaño que transita por estos bares:
Con el indio Armando y su paño de artesanía
que apareció justo para la foto.
Con el Domingo Y el Stressado
en este día sábado de jolgorio.
Con los músicos ambulantes,
con la gente de la calle.
Tenemos el poder de la palabra
y eso es mucho frente a la poca comunicación
que existe entre los seres humanos.
Tenemos la voluntad de cantarle
a los viejos de este bar;
que nunca en su perra vida,
nadie le había cantado,
ni dedicado unos minutos de su tiempo
para que ellos se sintieran importantes,
tomados en cuenta y felices;
mientras comparten una botella de vino.
"A todo el mundo le debería tocar 15 minutos de fama"
Lo dijo acertadamente Andy Warhol
y así debería ser para demostrarle al mundo
que todo hombre y mujer encierra una belleza oculta
el en alma de su mundo interior.

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