viernes, 12 de junio de 2009

ME HUELE A CUENTO

Me huele a cuento

Se podrían decir muchas cosas del libro "Me huele a cuento" de la actriz Aline Kuppenheim & Audren; que nos sorprende esta vez con sus pinturas muy acabadas, se nota que es una artista que ha volado con los pinceles.

Al observar los dibujos y leer los poemas me hizo viajar a la infancia y despertó olores lejanos que dormían en el arcón de los recuerdos.

Interesante, mágica, nostálgica y lúdica. Esta obra artística me provoca un estallido de olores que saltan a la memoria.

En la galería de arte del salón Gabriela Mistral de la Secretaría Ministerial de Educación está abierta esta exposición, donde se muestran los cuadros y fragmentos de su poesía. Cuando la visité, lo primero que se me vino a la nariz fue la fragancia del perfume de mi profesora del primer año básico, allá, en una escuela nortina de la salitrera Victoria. Siempre que me acercaba a ella, desprendía de su piel un olor agradable y cautivante que me quedo grabado por años en un rincón de mi olfato y nunca más en mi vida sentí ese aroma.

Reconocer un olor es viajar al instante al pasado y ver imágenes que pasan como películas por la mente. Por nombrar fragmentos de algunos poemas:

“Primavera” dice: Es la fiesta de la nariz/ todo el mundo está feliz/ salvo mi tía Remigia/ que vende flores de estación/ y se queja de la alergia/ entre estornudo y remezón.

Hay olores que llevamos guardados y afloran en cualquier momento.

Recuerdo cierta vez, en espera de dar un concierto en la playa La Herradura, en pleno verano. Mi hermano Bernardo se retiró de la multitud; solitario y meditativo se puso a mirar el mar y comenzó a aspirar el olor salino; entonces, fue ahí, cuando me llamó y me dijo ¿Te acuerdas la primera vez que conocimos el mar? Fue en Iquique. Nuestro padre nos llevó desde la soleada pampa a conocer el mar. Allá sentí este mismo olor. Yo me quedé hundido en mis pensamientos, reviviendo aquellos olores oceánicos.

Otro poema: El pan. “Habrá algo más bueno que el pan ¿Sí. El olor a pan.

Otro : “Mi frazada“ Mi amada frazada/ fuerte y delicada/ mi Alter Ego/ mi dulce sosiego/ la que siempre me arrulló/ la que huele como yo. Esos olores que uno lleva desde siempre pegados en la piel. “Mi piel”: Conozco bien el olor a miel/ en el centro de mis codos/ y la olorosa humedad/ en el hueco de mis dedos/ no podría dormirme/ sin ese aroma sublime...

ME HUELE A CUENTO es un viaje al país de los olores, donde cada olor tiene su historia. El poema “Camión de la basura“: Pasó el camión de la basura/ lo supe por el olor... habría que estar bien resfriado /para no darse por enterado.

Uno de los caprichos de una de mis hijas era viajar en el camión de la basura. No sé de adonde la nació esa descabellada idea. Una obsesión que tenía desde hace un tiempo y un día se le cumplió su deseo, Con unas amigas hablaron con el chofer y pasearon por el centro de la ciudad sintiendo los fuertes olores que desprende el camión de la basura.

ME HUELE A CUENTO me llevó al tiempo de los circos; cuando llegaban a los pueblos y ciudades. La novedad eran los leones. La adrenalina corría por nuestro cuerpo cuando nos acercábamos a las jaulas; sintiendo aquellos olores que eran de temer.

Aline lo grafica en el poema “Fieras y Rosas” La nariz me tapé/ cuando a esa jaula me acerqué.../ la de las fieras...”

Muy agradable e imaginativo resultó para mí la exposición de este libro. Abrió una puerta hacia un mundo infantil lleno de imaginación; inocente talvés, pero remeció algunas fibras que dormían en el inconciente. Me hizo quedarme en la estación de la infancia. Única estación donde uno es libre y respira sin darse cuenta el aroma de la libertad del ser humano con todos los sentidos abiertos a la vida.

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