para el libro ANGELITOS DE LA PAMPA

 
DUENDES DE LA PAMPA
                                                                                                    A Gladys Peña Lagos
 
¿En que mundos se encontrarán los amigos de mi  primera infancia?
¿Adónde estarán jugando los acróbatas del hambre?
¿Se habrán fugado a otras oficinas fantasmas en las bicicletas arrendadas?
o estárán en el "Cuadro Blanco" haciendo gimnasia con el Comandante " Poroto "?
Qué será de mi amigo " Lelo " que en las navidades, sus hermanas le llenaban el árbol de pascua
con poleras a rayas y de llamativos colores.
¿Que  destino habrá tenido mi amigo de color" Tintolio " que conocí en las calles de la vida?
¿Se  lo habrá tragado la botella en su prematura adicción y estará  "Cajón Coya "?
¿Donde habrá quedado el "Zunco "  con su espìritu de acróbata y  estará jugando en los columpios de la plaza
dando vueltas en el aire como un saltimbamqui?
¡Que habrá sido del Chico Figueroa que se creía el más matón  del curso, en la escuela y en el barrio; habrá crecido
alguna vez su mente su alma y su  cuerpo?
Que  caminos habrán tomado mis amigos que iban a ganar " Canchos" a las micros Flota Camus, que venían de Tocopilla y hacían trasbordo en María para continuar, después el viaje hacia Calama y Chuquicamata?
con su grito clásico:¡Auto,maleta,carreta!
¿Qué será del Lecho Guardia que tocaba como Miles Davis la trompeta? Y fué el primer trompetista que escuché tocar en vivo temas instrumentales destacados como por ejemplo:"Alguien cantó" de Matt Monro; escuchando esas gratas melodías desde un rincón de la sala de ensayo.
Seguirá tocando en la Plaza en maestro Guardia con toda su familia de músicos?
¿Qué será de mi amigo "Cantinflas" y su hermano el "Toño"?,  que vivían tres cuadras más allá de nuestra casa
¿Qué caminos habrán tomado por el rumbo de esta carretera que se llama vida?
 
Ha pasado mucha agua bajo el puente; han pasado muchos trenes. Se han  bifurcado los caminos desde que me vine  de la pampa hacia el valle de Elqui. Han pasado tantos años, que parecen siglos, desde que atravesé en un tren por tres días y dos noches  el desierto hasta el valle de Gabriela y nunca más supe de los amigos de la infancia.
 
Ellos quedaron en la memoria, como duendes de la pampa, perdidos en los remolinos del tiempo; recogiendo cajetillas antiguas de cigarrillos vacías que el viento volaba hacia las dunas, lejos del campamento. Para mi se quedaron jugando a La Manta en el Galpón Anglo Lautaro. Andarán arrancando de la Vieja Verde que les salía  en el Estadio a los niños que se arrancanaban de sus casas . Se quedaron pegados en las piscinas de obreros y empleados. O andarán molestando al viejo de los perros por las calles de María?
Para mi que andan, todavía recolectando  comida  para los chanchos  en la cachurreta del viejo  Cuchillón.
Otros  andan camuflados vendiendo helados afuera del Teatro. Vendiendo diarios por Los Ranchos, Los Buques y el Americano. vendiendo melones sureños en la Feria.
Son millones de  recuerdos que me llegan a la memoria. El tiempo es el único   que va borrando todo vestigio del pasado y todo se va huyendo de la mente con el paso de los años ; pero a pesar de lo implacable del tiempo, siempre recordaré los días felices que viví corriendo, saltando,haciendo acrobacias , trabajando en los circos, vendiendo turrones y volando en los columpios de la plaza de María Elena  como un pájaro libre.

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