viernes, 12 de junio de 2009

QUILAPAYUN, MUSICOS DE CULTO



Nunca imaginé que después de 25 años iba a asistir a un concierto de Quilapayún y nada menos que en el Teatro nuevo del Liceo Gregorio Cordovez de La Serena. Miles de recuerdos entraron a mi memoria, rebobinando aquellos años cuando vivía en el valle y estudiaba en el liceo de Vicuña, el año 1972,en el gobierno de Salvador Allende. Anuncian un concierto multitudinario del Quilapayún,en el Espejo de Agua del escenario gigante del Parque Pedro de Valdivia de La Serena. La voz corrió rápido y llegó a las alturas del valle de Elqui. En esos años el país vivía un movimiento cultural intenso y creativo. Los artistas recorrían nuestro Chile auspiciados por el gobierno, dando recitales gratis; así, todos teníamos acceso a la cultura, a participar y tener la oportunidad de ver a nuestros artistas en vivo y en directo. Lo mejor para mi fué ese año, 1972,yo estudiaba en segundo medio y la dirección del colegio dispuso de dos buses para los estudiantes que quisieran ir a ver a Los "Quila". Para mi fué vivir un sueño. Yo que había aprendido a tocar la quena escuchando "EL CANTO DEL CUCULI",

El huaynito "A MI PALOMITA" y tantas canciones... Pasaba tardes enteras, pegado al tocadiscos, escuchando a Los Quila y tratando de sacar los temas al oído.Ellos fueron mis maestros en el arte de tocar la quena, con ellos se inició mi aprendizaje por el camino de la música andina. Ahora, que ha pasado mucha agua bajo los puentes...anuncian a los Quilapayún en La Serena, viene presentando la obra clásica: LA CANTATA DE SANTA MARIA DE IQUIQUE, en conmemoración de los 100 años de la matanza de los obreros de la pampa salitrera. Asistimos al concierto con mi compañera y al escucharlo miles de cosas pasaron por mi mente. Yo miraba al público emocionado, escuchando a estos músicos de culto en un silencio absoluto, quizás, tambien, viajando en el tiempo. De pronto se rompe el silencio, irrumpen las canciones emblematicas: La batea, La muralla y crean una comunicación con los asistentes, coreando todas las canciones que estaban grabadas a fuego en el inconciente colectivo. Era algo increible. Las voces de los Quila, sin duda, son voces de lujo, de exportación, algo maravilloso. Las quenas, que puedo decir: "MAESTROS",sonaban impecables y la proyección de ellos, tambien le daba sustancia al concierto. Todo en su lugar, nadie se apura- El que no le corresponde tocar espera su turno, ninguno se desespera; igual aquel que canta y cuando lo hacen todos es una sinfonía de voces esplendidas. Yo creo que los Quilapayún están a la altura de Pablo Neruda, de Gabriela Mistral,Claudio Arrau, Roberto Matta, Los Jaivas porque con su música calaron profundamente en el alma del pueblo chileno. Al otro día del concierto, caminando por el centro de la ciudad, de pronto, en una esquina veo a dos personas y las reconozco de inmediato: Pato Castillo y Rodolfo Parada: ¡ LOS QUILA ! exclamé y dije no me puedo perder esta oportunidad de saludarlos. M e devolví y los saludé y felicité, expresándole todo mi sentimiento, de lo importante que ellos habían sido para mi vena artística, Con mucha felicidad les comenté que yo era un hijo musical que ellos parieron en las altas montañas del valle, en el pueblo de Rivadavia. Les traspasé mi energía positiva y agradecidos ellos se dieron el tiempo suficiente para conversar, sin poses de divos, comentamos el concierto y su paso por La Serena, Su gira era nacional y terminaba con un concierto en Iquique, en el lugar de los acontecimientos, en la Escuela Santa María, el 21 de diciembre, justo el día cuando se cumplían los 100 años de la masacre de miles de obreros de la pampa salitrera de Chile.


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