jueves, 4 de junio de 2009

SIGUIENDO EL VUELO DEL TENIENTE BELLO

No andaba tan perdido el Teniente Bello; porque, seguramente, todo ser humano, en ciertas ocasiones, sentirá ganas de vivir en intensidad una aventura distinta; al mirar el cielo y ver los pájaros en las alturas, sentirá ganas de volar y el Teniente Bello que era un aviador, sobrevoló los cielos de este país y se perdió en el espacio. Desapareció en acción y nadie supo más de él. Nadie supo que pasó con él. Seguro que siempre soñó con volar lejos de la tierra; navegar por las nubes; despegar su cuerpo de la tierra misma... y sentirse ingrávido; sin peso, como flotando en el aire. Como pluma, como un pájaro y logró su sueño; pudo volar sin medir las consecuencias; en otras palabras se la jugó para hacer realidad su sueño de volar. De que se haya perdido en una dimensión desconocida; eso ya es otra cosa.

Cierto día domingo, aburrido, de repente, prendo la tele para ver que pasaba con ella y me encontré con la agradable sorpresa que estaban mostrando el vuelo perdido del Teniente Bello y analizando del porqué se perdió, sin haberlo hallado nunca jamás.

Hablaban de su vida y de su aficción a los aviones y analizaban el refrán que a estas alturas se hizo carne en la idiosincracia del chileno: ¡ Más perdido que el Teniente Bello!

Lo rescatable del programa de televisión fué que entrevistaba a personajes del mundo de la cultura y las ciencias. Poetas, físicos; gente del Arte y la Palabra y todos daban su opinión muy personal de lo que ellos creían que le pasó al Teniente Bello.

Por ejemplo Vittorio Di Girolamo Dijo: ¡ Partir y regresar! ¡Partir y regresar! ¡Partir y no llegar nunca más! -Que importa, dijo: siempre volando y un día no dejar de volar, sino, no aterrizar nunca más y perderse en el abismo del olvido.

Quedarse para siempre volando; perdido en el aire. andar perdido en otra dimensión:
Más perdido que el Teniente Bello. Desaparecer en acción; perderse en el espacio sideral; perderse por los cielos de la ciudad. Uno se puede perder de mil maneras.
Andar perdido entre las piernas de una mujer. Extraviarse en esos muslos insinuantes
que son la perdición del hombre; una perdición maravillosa.
Perderse para volver a reencontrarse y volver nuevo a la carretera de la vida.

Alguien dijo" Amo los amores perdidos, nuestros seres queridos que ya partieron; que ya se nos fueron a otra dimensión y quizás, nosotros estamos aún más perdidos que el Teniente Bello; pero lo importante es perderse y volver a reencontrarse en este mundo perdido y desconocido para nuestros ojos idos.

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