martes, 16 de junio de 2009

De Hippies y Otras Yerbas



De niños, allá por el valle de de Elqui de 1970, corriendo por las riberas del río turbio; persiguiendo golondrinas que cruzaban por esos vientos fluviales como flechas azules, rayando la atmósfera de nuestro místico pueblo. Nunca imaginé que uno de esos días, iba a cambiar la historia en el curso de nuestras vidas. Cuando de pronto, suena el pitazo del tren elquino.anunciando su llegada y desde sus vagones comienzan a bajar seres extraños; con vestimentas excéntricas, de pelo largo, collares con mostacillas; cintos en la frente. Sombreros alones con lentes redondos al estilo de John lennon. Con blue jeans desteñidos y patas de elefante. cargados con mochilas, morrales y chaquetas estilo guerrilleras. Con guitarras, flautas y tamboriles, rumbo al río Claro. Yo desde ese momento que los vi cruzando, como una caravana por las calles del pueblo, no pude quedarme quieto y comenzé a seguirle la pista. Eran los hippies que habían llegado al valle, arrancando del mundanal ruido de la ciudad; para respirar en armonía la naturaleza del Elqui profundo. Para vivir en paz y hacer el amor al aire libre por esos parajes paradisíacos. Después de esa invasión hippie, en algunos pueblos, nacieron muchos seguidores de aquél movimiento generacional, que fueron viviendo con esa filosofía de vida; despojados de los prejuicios de la sociedad. Rivadavia fué cuna de hippies, porque era la última estación de ferrocarriles y Centro Turístico que viviía su apogeo en aquellos años. Era un pueblo pintoresco. El único previligiado del valle que lo bañaban los dos ríos. Los fines de semana y en el verano llegaba mucha gente a vacacionar, antes que La Serena se convirtiera en ciudad turística. La gran atracción era viajar en tren hacia Rivadavia y llegar al nacimiento del río Elqui y todos sus encantos. Después apareció en el pueblo un grupo de hippies; revolucionando la tranquilidad y las costumbres de la vida pueblerina que fueron odiados y repudiados por su forma de ser y de actuar; pero, ellos ignorando las odiosidades de los vecinos, vivieron a plenitud su juventud; a pesar de las contradicciones que había generado en el lugar la onda hippie. Su santuario siempre fué el río claro; allí se congregaban. Era su lugar sagrado y llegaban de distintos puntos del planeta a aspirar el magnetismo que ejercía el valle. Fumaban marihuana y se bañaban desnudos. escuchaban a Led Zepellin, Grand Funk, Pink Floyd, Deed Purple, JImi Hendrix; Janis Joplin, Carlitos Santana, The Beatles, Jethro Tull, The Credence y tantas bandas rockeras que impusieron su música en aquél tiempo: Los hippies del pueblo incursionaron el la literatura y caminaban a pie descalzo tipo Kung Fu,bajo los sauces en flor, leyendo a " Siddarta", "El Tercer Ojo" de Lobsang Rampa. "Rayuela" de Cortazar. "El Principito" de Antoine Exupery y el viaje ideal, etéreo y rebelde de "Juan Salvador Gaviota,etc... Incursionaron en la filosofía hindú, alabando con George Harrison a los hare Krisna; el canto de la liberación y ambientaron sus moradas con inciensos y patchulíes, ejerciendo influencias en las generaciones más jóvenes del pueblo. De aquella mítica generación muchos sobrevivieron a la época y su intelecto les proyectó senderos hacia diversos oficios y profesiones: profesores, sociólogos, tarotistas, artesanos, místicos, yogas,escritores, poetas, músicos, compositores, filósofos e intelectuales que vaciaron sus inquietudes hacia diferentes mundos. Otros se perdieron en el tráfago de la vida. La historia de los hippies no termina aquí. Recién comienza.

1 comentario:

  1. ¡¡¡ Arriba los hippies !!! soy una aficionada por esta cultura. Me fascina su forma de pensar su intelecto y demas... son muchas cosas, bueno en esta epoca escucho Aterciopelados y a Julieta Venegas, tambien escucho los betles ... y e averiguado sobre Violeta Parra y Janes Joplin lo unico que me deja pensando y algo trizte es la forma como murieron ellas y Jhon Lennon :(

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